lunes, 9 de noviembre de 2009

it's better to burn out than fade away

Este último tiempo he decidido dar un vuelco a mi vida.
Comencé a pensar positivo, a valorar las pequeñas cosas que te entrega el exterior. En el camino he conocido a nuevas personas, algunas me han intrigado hasta el punto de crear nuevas historias, tales como los sueños que anteriormente no dejaba de eregir.
Me he perdido dentro de la nube de optimismo. He trazado nuevas rutas, que según mi renovado subconciente, me llevarán a buenos rumbos. Pero tanto positivismo logró colapsarme.
Hoy, mirando aquel paisaje rupturista, entre edificaciones de cemento y bosques suntuosos, por primera vez en mucho tiempo he vuelto a cuestionarme.
Quizás me estoy transformando en algo que no soy yo, quizás alguna barrera extraña, algún muro de proteccionismo se derrumba a pedazos.
Es imposible no sentir pánico al cambio y en este momento lo siento.
La costumbre a las cosas buenas es díficil, el hombre posee una necesidad un tanto imbécil de sufrir y aferrarse de algo.